La mente en su propio mundo solo siendo un testigo mudo del momento de aquel lugar, sin aviso alguno, mi mirada y el resto de mis sentidos, quedaron perplejos casi mudos, inamovibles un tanto perdidos. Frente a mi una niña no mas grande que la altura de mi cintura con su mirada perdida y una lágrima sobre su mejilla, su cabello suavemente postrado sobre sus hombros, ojos café, rasgos finos,ropa un poco deslavada y zapatos viejos.
Entre sus manos. un viejo papel, que apretaba con mucho afán. Sin siquiera decir palabra su brazo movió y su mano dejo que tomara aquel papel. Mis sentidos ahogaron cualquier sonido, alguna otra imagen o sombra fugaz no desviaba mi atención a la forma de aquel papel, el color amarillento, y las muy diminutas arrugas de esa hoja.
Lo desdoble con la paciencia que el tiempo me otorgaba, primero un lado después del otro, un montón de letras aparecieron ante mi, algunas de ellas un tanto borradas y aun con la silueta de lo que alguna vez una gota fue.
Aquel trozo de papel decía:
" Hija mía:
Se que es una manera tonta de saber de ti, una manera poco amable y falta de amor. Pero no fui valiente, no tuve el valor de demostrarte mi amor, de dejarte ver lo que existe en mi corazón.
Me dio miedo perder lo que tenia a mi alrededor, de que no pudiera darte lo que tu mereces, de enseñarte lo bueno y malo de este mundo, de verte llorar al nacer, de conocer tus primeros pasos y saber que comida es de tu agrado.
Perdoname hija mía.... por no dejarte contemplar el mundo, de que disfrutaras lo hermoso de vivir, de que tocaras la suavidad del viento, el calor del sol, la ternura del agua,la salida de la luz, el olor del campo, la textura de las cosas.
Perdoname hija mía...el arrancarte los sueños que aun no tenias, las metas por cumplir, tu primer amor, tus caídas y golpes de vida, los triunfos por esfuerzo.
Perdoname por no haber sido una buena madre, por las cosas que arranque de mi y no dejarte salir y conocieras a los que te quieren, el no poder sentarte sobre las piernas de tu padre y acariciar su cara, que escucharas su voz y te quedaras tranquila y en armonía tal y como lo hago yo.
Hija mía, perdoname por todo lo que te he quitado...solo perdoname hija mía...".
Mientras pasaba cada letra frente a mi ojos un gesto de tristeza se hacia cada vez mas latente, un sabor amargo se apoderaba de mi boca y la nostalgia empezaba a invadir mi conciencia. sus manitas abrazaron mi pantalón y dejo salir su llanto. Yo solo pensaba que ahí frente a mi, una chiquilla con un trozo de papel, con sus ilusiones perdidas aferradas a sus pequeñas manitas, mirando a su al rededor en busca de los que posiblemente fueron sus padres, hermanos o amigos... lloraba por no encontrar donde encajaba ella, no le importaba no tener un nombre o una identidad...
Ella solo quería perdonar a su mama y decirle con la mas blanca pureza de que nada pasaba y caer entre sus brazos.
Como cosa rara el viento soplo un poco mas fuerte con una brisa ligera que solo rozo mi cara... aquella niña se desvaneció. Justo en ese instante entre las personas te vi... mi mujer caminaba hacia mi con los brazos cruzados y su caminar dudoso, la mirada en otro mundo y su piel marchita...entonces comprendí....Algo había pasado...
D.A.R.G.
un viejo papel borroso, arrugado, amarillento, muy parecido a la memoria... habria que prenderle fuego para que quedara nada...
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